No esperes lo peor de tus hijos adolescentes, porque se puede cumplir

Que nuestros hijos lleguen a la adolescencia, puede ser algo escalofriante. Hemos escuchado de otros padres, en la escuela, en la tele, que va a ser una etapa difícil.

Mientras que no podemos ignorar que en búsqueda de su identidad e independencia nuestros hijos se van a encontrar con el alcohol, drogas y sexualidad, el miedo puede hacer que cerremos canales de comunicación. La adolescencia es un periodo en que es más importante poder conectarnos, empatizar y estar ahí para aconsejarles que controlar o mandar.

Por otro lado, predisponernos a esperar lo peor de la adolescencia, puede hacer que minimizemos cuando nuestros hijos estén molestos o de mal humor y que lo categoricemos como algo «de adolescentes» sin validar la vivencia que están teniendo o que hay algo pendiente por resolver.

El miedo a la «adolescencia» y nuestro actos consecuentes puede hacer que creemos una profecia autocumplida, es decir, una creencia que directa o indirectamente lleva a su propio cumplimiento.

Cambia el paradigma en tu casa:

1. Habla sobre valores familiares.

No ignores los temas difíciles y asumas que tu hijo automaticamente tomará las decisiones correctas. Habla seguido y desde temprana edad de valores, aún antes de los años adolescentes.

2. Modela el comportamiento que quieres.

Vive los valores que esperas que tu hijo adopte. Por ejemplo, si tus reglas incluyen no tomar, y tomas cada noche y en exceso los fines de semana, tus palabras no tendrán tanto peso.

3. Pregunta sobre el comportamiento de sus compañeros.

Cuando sospeches comportamiento riesgoso en el grupo de amigos de tu hijo, habla con ellos sobre lo que sus amigos pueden estar haciendo, en vez de interrogarlo sobre su posible involucramiento.

4. Fija expectativas claras. 

Hazle saber que esperas que siga las reglas y valores de tu familia, pero reconoce que en momentos va a ser dificil. «Echame la culpa,» puedes decir. «Diles a tus amigos que tus papas son así y que tienes que llegar a casa.» Hazle más fácil que haga lo correcto- y eso puede significar que tu hijo sienta la libertad de llamarte que pases por él, aunque esté donde no deba.

5. No hagas generalizaciones sobre adolescentes.

Así como no deberías esperar lo peor de tu hijo, no te quejes de los adolescentes en esterotipos, especialmente cuando te pueda escuchar. Cada uno es un individuo y debería saber que no esperas que siga lo que los demas hacen, aunque lo que digas sea cierto sobre la mayoría de los adolescentes en tu comunidad.

6. Dale responsabilidades. 

Dale a tus hijos adolescentes responsabilidades, y reconocele que tu crees que es capaz, por ejemplo si es el experto en tecnología o el cocinero de tu casa. Lo que sea, asegurate que sepa que respetas y valoras sus talentos – y a él mismo.

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